Gol ministerial de Zapatero (en propia puerta)
Ahora el Presidente del Gobierno ya no puede retractarse, o no quiere, lo que es muy genuino de su gestión, y comienza la alocada huida hacia delante pasándole la patata caliente a Jaime Lissavetzky que es quien, a partir de ahora, deberá dar la cara por este "ingenioso" Ministerio. El secretario de Estado sólo ve ventajas en caso de que se cree. No cae él, quizás por aquello de que es práctica habitual de los gobiernos socialistas a cualquier nivel, que supondría una burocratización aún mayor, así como un nuevo aumento de cargos públicos y la creación de otro "Ministerillo". No sólo eso, sino que el deporte ha funcionado bien en España, o está empezando a dar sus frutos, gracias a fundaciones, instituciones regionales, locales o empresas privadas. Y es que qué manía con querer cambiar aquello que va bien, y todo por un mayor rédito político.
Y por su necesidad de vender esta ocurrencia como algo moderno y novedoso, nos quieren encandilar con eso de que sería el primer Ministerio del Deporte de toda Europa. ¡Por fin a la cabeza del continente en algo! Pero quizás no se hayan cuestionado por qué no existe en ningún país, a pesar de que también cosechan grandes éxitos, algo evidente en los Juegos Olímpicos, donde Gran Bretaña y Alemania están a la cabeza europea. Probablemente porque no se necesita.
Una cosa es aumentar sus becas, sobre todo para deportes minoritarios o disciplinas olímpicas de escasa repercusión mediática, y otra expandir la Secretaría de Estado para parecer modernos y vanguardistas. Y el último caramelito que nos venden es que ello supondría un inestimable apoyo a la candidatura de Madrid 2016. Apañada va Madrid si depende de las fabulosas iniciativas estatales, cuando ya cuenta con el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid plenamente volcadas en ello y con una capacidad gestora y resolutiva fuera de toda duda. ¡Pero ojo! Zapatero ha puesto fecha al Ministerio: en la próxima reestructuración ministerial. Esperemos que deje todo como está, aunque Igualdad, Educación y algún otro estén reducidos a la mínima expresión.
En la izquierda tampoco convence este Ministerio.