A la izquierda no hay quien la entienda
Esto viene al caso de las declaraciones de Carrillo -el Franco comunista- en una entrevista para El Mundo en las que asegura que "la Ley de la Amnistía es la ley que hacía falta". Es decir, que nada tiene que objetar a esa ley, entre otras cosas porque le exime de sus pecados (léase asesinatos). Y, quizás, nunca fue tan claro con este tema -puede que sí, pero yo no lo sé- hasta que vio las orejas al lobo.
Cuando Garzón se lanzó a remover el pasado empeñado en mantener vivas las dos Españas, Carrillo, que de tonto no tiene un pelo, supo que una actuación así probablemente sería respondida dede otras posiciones y que él sería el principal objetivo en tal caso. De modo que le aterró la idea de pasar sus últimos años enjuiciado en vez de mantenerse como adalid de la II República.
Tal desasosiego le produce lo que ve, que ha reconocido lo que todos sabíamos: "la República cometió barbaridades" y consciente de ello fue uno de los que clamó por la amnistía, no tanto por unir España (como asegura) sino por protegerse las espaldas y evitar una situación comprometida. Pero normal que lleve el susto en el cuerpo, justo ahora cuando el intocable juez de la izquierda está entre la espada y la pared por hacer justicia a su modo. No todo el mundo tiene estómago para todo, y eso bien debería saberlo esa izquierda que no admite nada que no vaya teñido de rojo.
Cuando Garzón se lanzó a remover el pasado empeñado en mantener vivas las dos Españas, Carrillo, que de tonto no tiene un pelo, supo que una actuación así probablemente sería respondida dede otras posiciones y que él sería el principal objetivo en tal caso. De modo que le aterró la idea de pasar sus últimos años enjuiciado en vez de mantenerse como adalid de la II República.
Tal desasosiego le produce lo que ve, que ha reconocido lo que todos sabíamos: "la República cometió barbaridades" y consciente de ello fue uno de los que clamó por la amnistía, no tanto por unir España (como asegura) sino por protegerse las espaldas y evitar una situación comprometida. Pero normal que lleve el susto en el cuerpo, justo ahora cuando el intocable juez de la izquierda está entre la espada y la pared por hacer justicia a su modo. No todo el mundo tiene estómago para todo, y eso bien debería saberlo esa izquierda que no admite nada que no vaya teñido de rojo.