España, país de ricos sin estudios
No lo digo yo, sino un informe de Bancaja en colaboración con el IVIE, según nos cuenta Gaceta Universitaria esta semana. Recalca que de los españoles que se han hecho con un hueco en la lista Forbes, el 84,4% de ellos carecen de estudios universitarios, destacando aquéllos que levantaron su negocio durante la década de los 70. Algunos de los nombres de esa vieja escuela que resalta este estudio son los de Amancio Ortega (Inditex), Luis Portillo (Colonial) o Jesús Ger (Marina D'Or).
Durante los últimos años del franquismo y los primeros de la democracia surgieron nuevos grandes empresarios, algunos con estudios, como Villar Mir o Rafael del Pino, y otros muchos que se hicieron a sí mismos. Es más, en España podemos encontrar un sinfín de multimillonarios que empezando desde abajo lograron forjarse una fortuna. Al archiconocido caso de Amancio Ortega, que comenzó con una modesta mercería, se añaden otros como Juán José Hidalgo, presidente del Grupo Globalia (Halcón Viajes, Air Europa, Pepecar, Travelplan...) y que es uno de los más ricos castellano-leoneses, aunque ahora esté asentado en Mallorca.
Nos cuenta este estudio valenciano que hoy en día la situación mejora poco a poco, con tan sólo un 9,5% de emprendedores con estudios universitarios (cerca de 3 millones de emprendedores en total), algo a lo que la fiebre del ladrillo ha contribuido especialmente, pues durante la última década han proliferado audaces constructores y otros no tan audaces pero sí corruptos. Ejemplos de ricachones constructores los hay a patadas y en muchísimos pueblos españoles nos encontramos con el típico chalet del constructor oriundo de esa localidad, valorado en más de 1 millón de euros.
Aunque la tendencia es que poco a poco lleguen los más preparados a las altas esferas económicas, seguimos presenciando casos de constructores hechos a sí mismos, como Francisco Hernando, alias Paco el pocero. Éste, que hasta los 20 años no pudo ducharse con agua caliente y que a pesar de su fortuna y tino con los negocios es analfabeto, es el último gran ejemplo de esta estirpe. Como él, o parecido, hay otros muchos.
Por otro lado están los ricos que han heredado el negocio familiar, los cuales suelen tener estudios universitarios que avalen su puesto de responsabilidad al frente de empresas cotizadas como Ferrovial (Rafael del Pino) o Acciona (Entrecanales). Y en Castilla y León, la región que mejor conozco, los nombres que despuntan son los mismos desde hace años. Juán José Hidalgo, David Álvarez (Grupo Eulen y Bodegas Vega Sicilia), Mariano Rodríguez (MRS), José Antolín (Grupo Antolín), José Rolando Álvarez (Grupo Norte),la familia Ballvé (Campofrío) o la familia Pascual (Leche Pascual).
Sin embargo a ellos hay que unir 2 casos muy similares. Antonio Miguel Méndez Pozo y José Luis Ulibarri. Ambos se dedican a los medios de comunicación y a la construcción. Méndez Pozo, burgalés de adopción y número 1 de su promoción de aparejadores, es el propietario del Grupo Promecal (Diario de Burgos, Diario Palentino, El Adelantado de Segovia, El Día de Valladolid, Diario de Ávila, Canal 4 CyL... así como participaciones en Antena3 CyL y Onda Cero CyL y VeoTV) y Promecam (La Tribuna, por todo Castilla-La Mancha) y del grupo inmobiliario Río Vena, omnipresente en Burgos y propietaria junto a Sacyr de los terrenos de la Clesa de Herrera Oria en Madrid. Méndez Pozo, residente en una macrofinca en Sarracín, es además el Presidente de la Cámara de Comercio de Burgos y vicepresidente a nivel nacional, así como una de las personas más influyentes en Castilla y León. Gran culpa de eso la tiene su control sobre los medios de comunicación en la región.
Por su parte, Ulibarri, leonés, mantiene excelentes relaciones con el alcalde de Valladolid, consiguiendo que su constructora Grupo Begar (la que patrocinó el año pasado al Baloncesto León en la ACB) sea la principal empresa del ramo en la región, con una facturación de más de 400 millones de euros. A esto se une su papel al frente de Televisión Castilla y León, su pasado en Retecal (no sin controversia), la adquisición del Diario de León y sus pinitos en la Comunidad Valenciana con Tele7, siempre de la mano de Beaumont. No en vano El Semanal Digital también es propiedad del leonés. Eso sí, que nadie le confunda con la entrañable voz del festival de Eurovisión.
Foto: Méndez Pozo (izq) y Ulibarri (dcha)
Durante los últimos años del franquismo y los primeros de la democracia surgieron nuevos grandes empresarios, algunos con estudios, como Villar Mir o Rafael del Pino, y otros muchos que se hicieron a sí mismos. Es más, en España podemos encontrar un sinfín de multimillonarios que empezando desde abajo lograron forjarse una fortuna. Al archiconocido caso de Amancio Ortega, que comenzó con una modesta mercería, se añaden otros como Juán José Hidalgo, presidente del Grupo Globalia (Halcón Viajes, Air Europa, Pepecar, Travelplan...) y que es uno de los más ricos castellano-leoneses, aunque ahora esté asentado en Mallorca.
Nos cuenta este estudio valenciano que hoy en día la situación mejora poco a poco, con tan sólo un 9,5% de emprendedores con estudios universitarios (cerca de 3 millones de emprendedores en total), algo a lo que la fiebre del ladrillo ha contribuido especialmente, pues durante la última década han proliferado audaces constructores y otros no tan audaces pero sí corruptos. Ejemplos de ricachones constructores los hay a patadas y en muchísimos pueblos españoles nos encontramos con el típico chalet del constructor oriundo de esa localidad, valorado en más de 1 millón de euros.
Aunque la tendencia es que poco a poco lleguen los más preparados a las altas esferas económicas, seguimos presenciando casos de constructores hechos a sí mismos, como Francisco Hernando, alias Paco el pocero. Éste, que hasta los 20 años no pudo ducharse con agua caliente y que a pesar de su fortuna y tino con los negocios es analfabeto, es el último gran ejemplo de esta estirpe. Como él, o parecido, hay otros muchos.
Por otro lado están los ricos que han heredado el negocio familiar, los cuales suelen tener estudios universitarios que avalen su puesto de responsabilidad al frente de empresas cotizadas como Ferrovial (Rafael del Pino) o Acciona (Entrecanales). Y en Castilla y León, la región que mejor conozco, los nombres que despuntan son los mismos desde hace años. Juán José Hidalgo, David Álvarez (Grupo Eulen y Bodegas Vega Sicilia), Mariano Rodríguez (MRS), José Antolín (Grupo Antolín), José Rolando Álvarez (Grupo Norte),la familia Ballvé (Campofrío) o la familia Pascual (Leche Pascual).
Sin embargo a ellos hay que unir 2 casos muy similares. Antonio Miguel Méndez Pozo y José Luis Ulibarri. Ambos se dedican a los medios de comunicación y a la construcción. Méndez Pozo, burgalés de adopción y número 1 de su promoción de aparejadores, es el propietario del Grupo Promecal (Diario de Burgos, Diario Palentino, El Adelantado de Segovia, El Día de Valladolid, Diario de Ávila, Canal 4 CyL... así como participaciones en Antena3 CyL y Onda Cero CyL y VeoTV) y Promecam (La Tribuna, por todo Castilla-La Mancha) y del grupo inmobiliario Río Vena, omnipresente en Burgos y propietaria junto a Sacyr de los terrenos de la Clesa de Herrera Oria en Madrid. Méndez Pozo, residente en una macrofinca en Sarracín, es además el Presidente de la Cámara de Comercio de Burgos y vicepresidente a nivel nacional, así como una de las personas más influyentes en Castilla y León. Gran culpa de eso la tiene su control sobre los medios de comunicación en la región.
Por su parte, Ulibarri, leonés, mantiene excelentes relaciones con el alcalde de Valladolid, consiguiendo que su constructora Grupo Begar (la que patrocinó el año pasado al Baloncesto León en la ACB) sea la principal empresa del ramo en la región, con una facturación de más de 400 millones de euros. A esto se une su papel al frente de Televisión Castilla y León, su pasado en Retecal (no sin controversia), la adquisición del Diario de León y sus pinitos en la Comunidad Valenciana con Tele7, siempre de la mano de Beaumont. No en vano El Semanal Digital también es propiedad del leonés. Eso sí, que nadie le confunda con la entrañable voz del festival de Eurovisión.
Foto: Méndez Pozo (izq) y Ulibarri (dcha)
España, ¿país de suertudos? Yo creo que sí, no hay más que ver lo que triunfa.
Un saludo
Querido Ramón:
No te extrañe nada que un analfabeto (o casi) pueda llegar a ser un empresario muy rico, en España: también puede llegar a ser Presidente del Gobierno o Ministro, y siempre serán más fáciles estos cargos que el de gran empresario.
Hombre, no es por chafar el tema, pero me parece que para ser un próspero empresario no es necesario tener estudios.
La verdad, al final se hace rico quien más cualidades tiene para ello (y no digo que sean, precisamente, virtudes), y está demostrado que no es imprescindible saber mucho de economía, de física o de relaciones internacionales.
De todas formas, es normal que los ricos de hoy 8en torno a los 60 años) no tuvieran un acceso normal a la Universidad como tenemos hoy. saludos...
Fernando, cierto que no sólo llegan a grandes empresarios algunos analfabetos, sino que podemos haber sido gobernados por otros poco letrados. En cuanto a que sea más o menos fácil... pues está claro que a Ministro se puede llegar por enchufe, mientras que a gran empresario hay que currárselo individualmente.
Tricesimus, no me chafas nada en absoluto, jeje. No creo que los estudios sean un requisito imprescindible para ser un gran empresario, pues uno puede poseer los conceptos pero carecer de visión empresarial y del don de la oportunidad. Y está claro que esta generación de ricos que surgió en los 70 tuvo muchas menos oportnudidades para acceder a la universidad. Y además fue una época en la que aparecieron nuevas oportunidades de negocio, indipendientemente de la preparación académica o profesional de cada uno.
Lamentable, aunque como decía José Martí: "ser culto es la única forma posible de ser libre".
Es mejor saber pensar y tener cultura que tener dinero y ser el Pocero.
Un saludo
Publicar un comentario