El amigo de Aznar aterriza en el fútbol español
Los exámenes no me dejan un minuto libre pero quería comentar la noticia deportiva de la semana que empieza, pues de la que acabó ya sabemos que Rafa Nadal la cerró a lo grande. Lo anunciaba desde hacía tiempo El Confidencial y se han echo eco todos los demás: Villalonga pasará a gestionar el Valencia. Juan Villalonga, el amigo de Aznar, su compañero de clase en el colegio, el que fuera capo de Telefónica por obra y gracia del ex-presidente de España, culmina su sueño de ponerse al frente de un equipo de fútbol.
Llevaba tiempo buscando un club sobre el que lanzarse de lleno y tras los numerosos rumores que apuntaban a su interés por el Liverpool de Rafa Benítez, ha sido la ciudad del Turia la que ha atraído finalmente su atención. Desde luego que parece una decisión acertada y que sobre el tapeto pinta muy golosa pues el Valencia es uno de los grandes de España, con un pasado reciente excepcional (con 2 finales de la Champions jugadas y... perdidas), con toda una floreciente ciudad a sus espaldas y una plantilla de calidad.
Promete revolucionar la gestión deportiva en España, aunque veremos si llega a los niveles revolucionarios de Florentino Pérez, quien alteró el orden mundial. Quién sabe, pero a lo mejor estamos ante el Florentino o el Abramovich de nueva generación. Insinúa que aportará métodos ya vistos en Inglaterra y una concepción del club como una verdadera empresa, centrándose en aspectos fundamentales como la imagen del equipo, para alcanzar el nivel de los grandes de Europa.
No es santo de mi devoción y siempre se ha caracterizado por mirar por su propio interés aun si eso conllevaba acciones empresariales de dudosa buena fe. Villalonga, madrileño con origen valenciano, casado con una mexicana, habituado al alto standing y el buen vivir en Miami, Los Angeles y Londres, desembarca en el fútbol patrio vendiendo un nuevo modelo y voluntad para sacarlo adelante sin poner un duro, y sin recibir a cambio nada más que comisiones por operaciones ventajosas para el club. Soler, el dueño del ladrillo valenciano y hasta hace poco accionista de referencia de Metrovacesa, reconoce su fracaso y acepta el reto de quien fuera presidente de la multinacional española por antonomasia en la época. Veremos cómo responde la peculiar afición ché, pues ellos tienen la palabra.
Cuando se tiene dinero... se consigue todo.
Un saludo
Esperemos que tenga mejor mano que con la Telefónica y Vía Digital.
F.
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