Rajoy a salvar Garoña
Mañana martes aterrizará Mariano Rajoy en Santa María de Garoña, en una última intentona por evitar su caprichoso y perjudicial cierre. Probablemente su presencia sirva para poco más que mostrar su cercanía y comprensión a los habitantes de la zona, pero sólo eso estará a años luz de lo mostrado por parte del PSOE y del resto de la izquierda de este país.
Se habló un montón de plan alternativo para la zona. Se intentó vender la moto -nadie se lo creyó- de que el Estado se iba a poner las pilas para acordarse de la comarca de Garoña y lograr reconvertir la zona. Vamos, que parecía que los físicos e ingenieros de Garoña no iban a tener que moverse de allí con un puesto de trabajo acorde a sus conocimientos. De todo esto, mera utopía socialista, no se ha visto nada en estos meses. Por eso viene Rajoy. Para acompañar lo que se pueda a esta gente que ve el futuro muy negro.
Porque para entonces puede que hayamos salido de la crisis, o no, y no habrá central nuclear ni industria alternativa. Ni eso ni la ocupación hotelera a la que estaban acostumbrados en la zona. Sin esa panacea de plan alternativo para las Merindades, y otras poblaciones que dependen de Garoña, se irán a la porra. Sin industria, sin comercio, sin gente, sin dinero, sin futuro, sin nada. Pero al PSOE, el partido de los obreros, de las personas, el partido social por antonomasia -¡ja!- todo le da igual con tal de sacar adelante su guerra contra la energía más eficiente hoy por hoy. Como siempre, ideas por encima de personas. Qué triste.
Se habló un montón de plan alternativo para la zona. Se intentó vender la moto -nadie se lo creyó- de que el Estado se iba a poner las pilas para acordarse de la comarca de Garoña y lograr reconvertir la zona. Vamos, que parecía que los físicos e ingenieros de Garoña no iban a tener que moverse de allí con un puesto de trabajo acorde a sus conocimientos. De todo esto, mera utopía socialista, no se ha visto nada en estos meses. Por eso viene Rajoy. Para acompañar lo que se pueda a esta gente que ve el futuro muy negro.
Porque para entonces puede que hayamos salido de la crisis, o no, y no habrá central nuclear ni industria alternativa. Ni eso ni la ocupación hotelera a la que estaban acostumbrados en la zona. Sin esa panacea de plan alternativo para las Merindades, y otras poblaciones que dependen de Garoña, se irán a la porra. Sin industria, sin comercio, sin gente, sin dinero, sin futuro, sin nada. Pero al PSOE, el partido de los obreros, de las personas, el partido social por antonomasia -¡ja!- todo le da igual con tal de sacar adelante su guerra contra la energía más eficiente hoy por hoy. Como siempre, ideas por encima de personas. Qué triste.
Querido Ramón, verás qué chiste:
El lunes leí tu comentario, y estuve a punto de hacer una gracia. Estuve a punto de escribir "Este pobre hombre tiene tan mala suerte que seguro que llega allí y le estalla la central o hay una fuga radiactiva". Me pareció un chiste tonto y no lo envíe.
Jajjajaja: al final sí que hubo explosión nuclear, estalló -una vez más- la bomba Gürtel, y el pobre tonto quedó patético, hablando de Garoña mientras todas las radios daban vueltas al sumario y a las graves acusaciones.
Fernando, si él fue a hablar de Garoña es normal que hablara de ello. Ni podía ni debía cambiar el guión. No obstante, por Garoña estuvo un periodista de La Sexta acosándole a preguntas del tipo: "¿qué opina del caso Gürtel? ¿cree que es hora de depurar responsabilidades?" Obviamente Rajoy evitó responder.
DE todas formas con este nuevo post te cuento un poco mi manera de verlo.
Saludos
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