El paro juvenil español a la portada de Time
El prestigioso semanario norteamericano dedica su portada del 20 de julio a la problemática del inesperado paro juvenil europeo y, en especial, español. La portada, con la cara de tres jóvenes vigueses, anticipa el artículo que desarrolla en sus páginas internas. Bajo el titular de "la generación de la decepción" la revista Time se pasea por las calles de Vigo para acercar a sus lectores estadounidenses, principalmente, la situación en que se encuentra sumida la juventud española.
El ejemplo de España es el que emplea Time como la prueba más esclarecedora del problema en toda Europa. Uno de cada tres jóvenes menores de 25 años se encuentran sin trabajo, así como el 17% de la población general. Los datos son aterradores, pero más lo son las pesimistas previsiones que auguran unos años difíciles para los nacidos tras el fin de la dictadura.
El texto se ubica en Vigo, ciudad eminentemente industrial, donde el ERE de Citröen ha supuesto un duro golpe para miles de familias pontevedresas. Desconozco si Vigo está siendo afectada más o menos que otras ciudades (quizás tengo la suerte de vivir en una provincia que está sabiendo resistir como las mejores a la crisis) pero la imagen que ofrece el artículo es realmente preocupante. Incluso uno de los entrevistados asegura simultanear su trabajo en el negocio pesquero de su familia con el tráfico de cocaína para mantener el nivel adquisitivo.
Pero, sobre todo, se hace hincapié en "los sueños rotos de una generación", esa denominada "generación de la decepción", compuesta por todos esos jóvenes que siempre creyeron que llegarían mucho más lejos que sus progenitores, alentados por el deseo recíproco de sus padres y por el imparable progreso del país que les vio nacer. Ahora la tendencia se ha visto hecha pedazos y los objetivos individuales bajan de los cielos a niveles más terrenales, y más ahora que el objetivo es salir del paso. Mucho nos dicen que la crisis es internacional, pero en las inglesas páginas de Time se refieren a nuestra crisis como la crisis. Como indicando que este fenómeno es propio de nuestro país y, quizás, lleven razón.
El ejemplo de España es el que emplea Time como la prueba más esclarecedora del problema en toda Europa. Uno de cada tres jóvenes menores de 25 años se encuentran sin trabajo, así como el 17% de la población general. Los datos son aterradores, pero más lo son las pesimistas previsiones que auguran unos años difíciles para los nacidos tras el fin de la dictadura.
El texto se ubica en Vigo, ciudad eminentemente industrial, donde el ERE de Citröen ha supuesto un duro golpe para miles de familias pontevedresas. Desconozco si Vigo está siendo afectada más o menos que otras ciudades (quizás tengo la suerte de vivir en una provincia que está sabiendo resistir como las mejores a la crisis) pero la imagen que ofrece el artículo es realmente preocupante. Incluso uno de los entrevistados asegura simultanear su trabajo en el negocio pesquero de su familia con el tráfico de cocaína para mantener el nivel adquisitivo.
Pero, sobre todo, se hace hincapié en "los sueños rotos de una generación", esa denominada "generación de la decepción", compuesta por todos esos jóvenes que siempre creyeron que llegarían mucho más lejos que sus progenitores, alentados por el deseo recíproco de sus padres y por el imparable progreso del país que les vio nacer. Ahora la tendencia se ha visto hecha pedazos y los objetivos individuales bajan de los cielos a niveles más terrenales, y más ahora que el objetivo es salir del paso. Mucho nos dicen que la crisis es internacional, pero en las inglesas páginas de Time se refieren a nuestra crisis como la crisis. Como indicando que este fenómeno es propio de nuestro país y, quizás, lleven razón.
Hola, Ramón. Me gustan los artículos y los posts que no se basan en intuiciones, sino en cifras, como las que tú das. Si se ven los % (es decir, números reales, no impresiones) de abandono escolar, de paro juvenil, de jóvenes que viven con sus padres, de jóvenes que no pueden pagar un alquiler (y, por supuesto, menos aún una hipoteca) uno comprende la miseria de una generación, más allá del buen rollo del gobierno y de la libertad para abortar a los 16.
Una generación con menos expectativa que las de sus padres, dices (o dice el Time): exactamente es así, y es algo terrible.
Muy divertido lo del tío que vende cocaína para complementar los ingresos del trabajo. Jajajajaja: a lo mejor, si se espabila, al final son los ingresos del trabajo los que complementan los de la cocaína, ¿no?
Cierto, si el tío es bueno en el trapicheo seguro que se olvida de currar legalmente. Aunque si empieza a hablar de ello en los medios de comunicación no le auguro un gran futuro.
Saludos
Publicar un comentario