El Matiz

Los que se levantaban más temprano esta mañana lo hacían con la triste noticia de la muerte de Vicente Ferrer, algo que se vaticinaba desde hace unas semanas cuando tuvo que ser ingresado. Su fallecimiento supone la pérdida de una gran persona que decidió donar su vida a los más necesitados de la India, por lo que será enterrado en aquellas tierras que tanto amaba. A veces dan ganas de alterar las leyes de la vida y evitar que gente así deba despedirse de la vida terrenal. Yo en el más allá no entro, aunque una persona así bien debería ser recibida con palmas de olivo por San Pedro. Aunque me temo que Vicente se ahorraría la parafernalia y bajaría al infierno a ayudar en lo posible.

Es lo que ha hecho durante toda una vida: dedicarse a los demás., a quienes lo necesitan. Por eso su pérdida se llora en España, pero aún más en la India y, sobre todo, en Anantapur. Cuesta hacerse una idea de cómo es la vida allí. Yo tengo un amigo que colaboró durante un verano en una de esas regiones deprimidas de la India, ayudando en la construcción de una escuela y enseñando inglés a los niños "descastados" (a toda esta pobre gente hindú se les despojó de su casta según la mitología hindú), y su testimonio acompañado de algunas fotos que hizo es lo único que me hacen empatizar con la situación que vivió Vicente Ferrer. Es una lástima su marcha, así como que su Fundación no pueda presumir de estar a su nivel.

Pero los que se hicieron los remolones entre las sábanas desayunaron con otro trágico suceso producto de la barbarie que azota a España y el País Vasco desde hace décadas. Un policía nacional asesinado con una bomba lapa bajo los bajos de su coche se convierte en la primera víctima de la etapa en que los nacionalistas han dejado de someter a los vascos. Me sigue sorprendiendo lo fácil que es arrebatar una vida aunque se extremen las medidas de seguridad.

Hasta ahora sólo conocía Arrigorriaga porque varios de mis compañeros de NNGG de Burgos acudieron a esta localidad durante la jornada electoral del 1 de marzo para apoyar a todos aquellos que deben vivir en silencio sus ansias de libertad y de poner fin al terrorismo. A partir de hoy recordaré el nombre como el de tantos otros pueblos vascos que han sido testigos de la crueldad etarra.

PD: No sé si os habréis dado cuenta. A lo mejor sólo me ocurre a mí, ¿pero no veis que os suenan más nombres de pueblos vascos que de cualquier otra región de España?