Gasol, Alonso y Nadal, símbolos del s.XXI
Estos tres deportistas se han convertido por derecho propio en símbolo de España y embajadores de nuestro país. Los tres se han ganado a pulso tal distinción logrando llegar a lo más alto de sus respectivos deportes. El último en llegar ha sido Pau Gasol, aunque para muchos ya era un crack que ha marcado una época en el baloncesto patrio y europeo.
Gasol, querido y apreciado por todos los españoles, dejó sus estudios de Medicina para dedicarse en cuerpo y alma al baloncesto, dando un enorme salto de calidad que le llevó de ser suplente en la selección española sub-20 campeona del mundo a ser el mejor jugador de la Copa del Rey con el Barcelona. En apenas un año se convirtió en el santo y seña del Barça y la NBA decidió no perdérselo, por lo que Memphis Grizzlies lo drafteó en tercera posición.
Su llegada a EEUU no pudo ser mejor y la vitola de ser el europeo drafteado en un mejor puesto no supuso un handicap para él. Encandenó unos merecidos premios a mejor jugador novato del mes que le llevaron en volandas a ser considerado el mejor novato del año, algo que sólo Sabonis había logrado para los europeos. Por derecho propio se alzó en estandarte de la franquicia de Memphis hasta que, desesperado por la baja calidad de su equipo, decidió cambiar de aires y acercarse a las mítica playas californianas de la mano de su equipo soñado, Los Angeles Lakers.
El objetivo pasaba por ayudar a los Lakers a emular gestas pasadas y a hacer olvidar las grandes parejas que han desfilado por el Staples Center como Magic y AbdulJaabar o Kobe y Shaq. Lo ha conseguido, y la asociación Kobe-Pau ha hecho realidad el sueño del catalán. Fallaron el año pasado pero esta vez se han resarcido con creces. El salto cualitativo de los Lakers se lo debe casi todo a la incorporación de Gasol.
Nadal es la otra gran figura española de los últimos tiempos. Incluido entre las 100 personalidades del año de la revista Time, Nadal ha desbancado del número 1 al mejor tenista de todos los tiempos, Roger Federer, a base de tesón y de una manera muy particular de entender el tenis. Su expresividad en la pista le granjeó enemigos entre el público en un principio, pero eso mismo, esa supuesta furia española e indomable carácter mediterráneo que tanto vende, es lo que le ha hecho tan querido en todo el mundo. Con la excepción del caprichoso público galo.
El que no puede contar con tal aprecio, a pesar de que su gesta puede ser considerada aún mayor, es Fernando Alonso. Su carácter reservado, parco de palabras y su actitud de no-debo-nada-a-nadie (no sin bastante razón) han hecho que la afición española esté dividida en torno a su figura. Aun así es innegable su maestría al volante, lo que le llevó a "retirar" a Michael Schumacher y coronarse campeón del mundo en dos ocasiones. Que bien pudieron ser tres si hubiera recibido un trato justo. A sus casi 28 años todavía tiene tiempo para regresar a lo más alto del Mundial y puede que lo haga de la mano de Ferrari en este romance que, aunque anunciado y deseado, nunca termina de cuajar.
Estamos viviendo la era dorada del deporte español: Nadal, Alonso, Gasol, selección de fútbol y de baloncesto, Pedrosa, Lorenzo, Rafa Muñoz, Contador, Valverde... son todos nombres que dentro de unas décadas serán recordados con nostalgia y a quienes se valorará en su justa medida. Y Zapatero que no es tonto intentó aprovecharlo con esa promesucha del Ministerio de Deporte.
Gasol, querido y apreciado por todos los españoles, dejó sus estudios de Medicina para dedicarse en cuerpo y alma al baloncesto, dando un enorme salto de calidad que le llevó de ser suplente en la selección española sub-20 campeona del mundo a ser el mejor jugador de la Copa del Rey con el Barcelona. En apenas un año se convirtió en el santo y seña del Barça y la NBA decidió no perdérselo, por lo que Memphis Grizzlies lo drafteó en tercera posición.
Su llegada a EEUU no pudo ser mejor y la vitola de ser el europeo drafteado en un mejor puesto no supuso un handicap para él. Encandenó unos merecidos premios a mejor jugador novato del mes que le llevaron en volandas a ser considerado el mejor novato del año, algo que sólo Sabonis había logrado para los europeos. Por derecho propio se alzó en estandarte de la franquicia de Memphis hasta que, desesperado por la baja calidad de su equipo, decidió cambiar de aires y acercarse a las mítica playas californianas de la mano de su equipo soñado, Los Angeles Lakers.
El objetivo pasaba por ayudar a los Lakers a emular gestas pasadas y a hacer olvidar las grandes parejas que han desfilado por el Staples Center como Magic y AbdulJaabar o Kobe y Shaq. Lo ha conseguido, y la asociación Kobe-Pau ha hecho realidad el sueño del catalán. Fallaron el año pasado pero esta vez se han resarcido con creces. El salto cualitativo de los Lakers se lo debe casi todo a la incorporación de Gasol.
Nadal es la otra gran figura española de los últimos tiempos. Incluido entre las 100 personalidades del año de la revista Time, Nadal ha desbancado del número 1 al mejor tenista de todos los tiempos, Roger Federer, a base de tesón y de una manera muy particular de entender el tenis. Su expresividad en la pista le granjeó enemigos entre el público en un principio, pero eso mismo, esa supuesta furia española e indomable carácter mediterráneo que tanto vende, es lo que le ha hecho tan querido en todo el mundo. Con la excepción del caprichoso público galo.
El que no puede contar con tal aprecio, a pesar de que su gesta puede ser considerada aún mayor, es Fernando Alonso. Su carácter reservado, parco de palabras y su actitud de no-debo-nada-a-nadie (no sin bastante razón) han hecho que la afición española esté dividida en torno a su figura. Aun así es innegable su maestría al volante, lo que le llevó a "retirar" a Michael Schumacher y coronarse campeón del mundo en dos ocasiones. Que bien pudieron ser tres si hubiera recibido un trato justo. A sus casi 28 años todavía tiene tiempo para regresar a lo más alto del Mundial y puede que lo haga de la mano de Ferrari en este romance que, aunque anunciado y deseado, nunca termina de cuajar.
Estamos viviendo la era dorada del deporte español: Nadal, Alonso, Gasol, selección de fútbol y de baloncesto, Pedrosa, Lorenzo, Rafa Muñoz, Contador, Valverde... son todos nombres que dentro de unas décadas serán recordados con nostalgia y a quienes se valorará en su justa medida. Y Zapatero que no es tonto intentó aprovecharlo con esa promesucha del Ministerio de Deporte.
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