Europa da un pequeño paso en defensa del español
La Eurocámara deberá votar en su Pleno una propuesta del PPE en favor de la lengua oficial del Estado, así como del derecho de cualquier ciudadano a ser escolarizado en el idioma oficial de su lugar de residencia que él desee. La idea, surgida gracias a un parlamentario portugués, supone un pequeño paso más en la lucha por la libertad; en este caso lingüística.
A pesar de que su aprobación no tendría carácter vinculante, sino tan sólo cierto peso político, los miembros españoles del PPE se han puesto manos a la obra añadiendo algunas enmiendas al texto, de modo que el mismo también contemple la inconcebible realidad española, donde Cataluña oprime al que no acepta sus tesis y que prefiere ser educado en español, o hacer uso de esta bella lengua (la tercera más hablada en el mundo) para expresarse. Y esto es lo que el resto de parlamentarios españoles aborrecen.
La oposición a la propuesta por parte de CIU, PNV e ICV no sorprende a nadie, pues se trata de un ataque a lo que llevan años promoviendo. No son otros sino ellos quienes han generado el conflicto y quienes han discriminado vilmente a quien no se ha doblegado a sus propósitos, y no pueden aceptar bajo ningún término que Europa se inmiscuya en este delicado asunto. Porque no nos engañemos, de europeístas tienen poco. Más allá de sus fronteras autonómicas sólo ven las fronteras de su deseado imperio, pero ahí finaliza su espíritu europeo, lo cual no creo que guste en otros países.
Y si poco sorprende la reacción de los nacionalistas, tampoco lo hace la del PSOE, que también se opone rotundamente. En su caso se dedican a la demagogia y a una supuesta defensa a ultranza del carácter europeo que debe contener el artículo para defender su postura, pues consideran que el texto se ha "españolizado", es decir, que hace referencia al problema por todos conocido y por muchos sufrido, y son conscientes de que ellos gobiernan, precisamente, Cataluña y Galicia.
No gusta que se critique que todo deriva del "error de promover una lengua a costa de los derechos de los hablantes de otra", pero se trata de una sentencia tan clarificadora, relevante y veraz que considero que es necesaria que esté incluida para que el resto de países europeos comprendan la situación y aprendan de la experiencia en esta, cada vez más, Europa de las regiones.
A pesar de que su aprobación no tendría carácter vinculante, sino tan sólo cierto peso político, los miembros españoles del PPE se han puesto manos a la obra añadiendo algunas enmiendas al texto, de modo que el mismo también contemple la inconcebible realidad española, donde Cataluña oprime al que no acepta sus tesis y que prefiere ser educado en español, o hacer uso de esta bella lengua (la tercera más hablada en el mundo) para expresarse. Y esto es lo que el resto de parlamentarios españoles aborrecen.
La oposición a la propuesta por parte de CIU, PNV e ICV no sorprende a nadie, pues se trata de un ataque a lo que llevan años promoviendo. No son otros sino ellos quienes han generado el conflicto y quienes han discriminado vilmente a quien no se ha doblegado a sus propósitos, y no pueden aceptar bajo ningún término que Europa se inmiscuya en este delicado asunto. Porque no nos engañemos, de europeístas tienen poco. Más allá de sus fronteras autonómicas sólo ven las fronteras de su deseado imperio, pero ahí finaliza su espíritu europeo, lo cual no creo que guste en otros países.
Y si poco sorprende la reacción de los nacionalistas, tampoco lo hace la del PSOE, que también se opone rotundamente. En su caso se dedican a la demagogia y a una supuesta defensa a ultranza del carácter europeo que debe contener el artículo para defender su postura, pues consideran que el texto se ha "españolizado", es decir, que hace referencia al problema por todos conocido y por muchos sufrido, y son conscientes de que ellos gobiernan, precisamente, Cataluña y Galicia.
No gusta que se critique que todo deriva del "error de promover una lengua a costa de los derechos de los hablantes de otra", pero se trata de una sentencia tan clarificadora, relevante y veraz que considero que es necesaria que esté incluida para que el resto de países europeos comprendan la situación y aprendan de la experiencia en esta, cada vez más, Europa de las regiones.
Todavía es difícil de comprender que sea el Estado el que otorgue la libertad de decidir.
Aunque sea pura coherencia.
"Lengua oficial del Estado", menudo repelús me entra al escuchar eso.
Saludos.
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