Tiembla el calendario universitario
Parece que al fin llegó la revolución y el típico curso académico universitario de octubre a junio con recuperaciones en septiembre tiene sus días contados. La mayoría de rectores apoyan el cambio y no ven más que ventajas. Consistiría en comenzar las clases en septiembre y finalizarlas a finales de abril o principios de mayo, dedicando el mes de julio (o junio, aunque esto me parece algo más justito) a las recuperaciones.
Ganan todos, o eso dicen. Los profesores dispondrían de más tiempo para formarse o acudir a congresos. Los alumnos disfrutarían del mes de agosto independientemente de su rendimiento académico y podrían planificar el verano sin ataduras, así como buscar un empleo estival. Y las universidades agradecerían el cambio potenciando sus cursos de verano, que ganarían en tiempo y alumnos.
La idea no es muy novedosa, pues algunas universidades, sobre todo privadas, ya lo llevan a la práctica o, al menos, una versión light de la misma. Parece que la Universidad de Salamanca, la de Málaga o la Carlos III de Madrid, entre otras, ya lo tienen programado y aprovecharán la coyuntura de Bolonia para instaurarlo. Yo también defiendo este nuevo calendario, del cual se muestra reticente el rector de la Complutense, lo que nos empezaría a asemejar al sistema universitario americano aunque sólo sea en esto. De lo demás seguiremos a años luz con o sin convergencia europea.
Ganan todos, o eso dicen. Los profesores dispondrían de más tiempo para formarse o acudir a congresos. Los alumnos disfrutarían del mes de agosto independientemente de su rendimiento académico y podrían planificar el verano sin ataduras, así como buscar un empleo estival. Y las universidades agradecerían el cambio potenciando sus cursos de verano, que ganarían en tiempo y alumnos.
La idea no es muy novedosa, pues algunas universidades, sobre todo privadas, ya lo llevan a la práctica o, al menos, una versión light de la misma. Parece que la Universidad de Salamanca, la de Málaga o la Carlos III de Madrid, entre otras, ya lo tienen programado y aprovecharán la coyuntura de Bolonia para instaurarlo. Yo también defiendo este nuevo calendario, del cual se muestra reticente el rector de la Complutense, lo que nos empezaría a asemejar al sistema universitario americano aunque sólo sea en esto. De lo demás seguiremos a años luz con o sin convergencia europea.
Hola Ramón...
Yo he estudiado toda la carrera con ese calendario y me parece idóneo. mejor planificación y, sobre todo, vacaciones en agosto sí o sí... Estas son las cosas en las que tenemos que converger con Europa, no en las que salgamos perdiendo. un saludo
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