Lotus regresa a la F1
La mítica escudería Lotus, aquella que tanto ganó durante los 70 y 80, regresará la próxima temporada a los circuitos del mundial de Fórmula1. Eso sí, lo hará a costa de las opciones que tenía el equipo español Epsilon Euskadi para entrar en el Gran Circo. Así, de momento son 13 los equipos para el próximo año -incluyendo al de Adrián Campos- y cabe la posibilidad de que BMW, o sus herederos, culminen la parrilla más poblada de los últimos años.
La decisión no habrá sido sencilla, pero parece bastante lógica mirado desde el prisma de la FIA (Federación Internacional de Automovilismo). España ya cuenta con su primera escudería de F1, el Campos Meta, capitaneado por el ex-piloto Adrián Campos, que tendrá su sede entre Madrid y Valencia, y que parece contar con los patrocinios de BBVA, Telefónica y El Corte Inglés, casi nada. Y a ello se le sumaría el eventual patrocinador del piloto que ponga dinero para ocupar el segundo asiento. Hasta ahora todo apunta al ruso Vitaly Petrov, posible subcampeón de la GP2, con el dinero de una empresa tecnológica rusa.
De modo que aceptar a dos nuevos equipos españoles de una sola tacada parece excesivo. A pesar de que no se solapen patrocinadores y que ambos proyectos sean totalmente viables. Probablemente la FIA no quiera una colonización española masiva, pues las proyecciones para el próximo año nos dejan a Alonso en Ferrari con el apoyo del Banco Santander, a De la Rosa en el equipo de Adrián Campos, a Alguersuari en Toro Rosso y la posibilidad de ver a Andy Soucek (madrileño de origen austriaco) en Williams. Y 5 ó 6 grandes premios patrocinados por Santander y Telefónica. Demasiada españolización tan de sopetón.
Por eso resulta comprensible que hayan preferido la opción de Lotus. Ante la escasez de escuderías de renombre -BMW lo deja y Renault pende del alero- recuperar a un histórico de la F1 siempre viene bien. Si a eso le sumamos que se trata de capital malayo, teniendo detrás a reputados empresarios como el que sacó a flote la low cost Air Asia, y que la F1 busca nuevos horizontes, poco más queda por añadir. Ahora bien, qué pena. Habría sido precioso.
La decisión no habrá sido sencilla, pero parece bastante lógica mirado desde el prisma de la FIA (Federación Internacional de Automovilismo). España ya cuenta con su primera escudería de F1, el Campos Meta, capitaneado por el ex-piloto Adrián Campos, que tendrá su sede entre Madrid y Valencia, y que parece contar con los patrocinios de BBVA, Telefónica y El Corte Inglés, casi nada. Y a ello se le sumaría el eventual patrocinador del piloto que ponga dinero para ocupar el segundo asiento. Hasta ahora todo apunta al ruso Vitaly Petrov, posible subcampeón de la GP2, con el dinero de una empresa tecnológica rusa.
De modo que aceptar a dos nuevos equipos españoles de una sola tacada parece excesivo. A pesar de que no se solapen patrocinadores y que ambos proyectos sean totalmente viables. Probablemente la FIA no quiera una colonización española masiva, pues las proyecciones para el próximo año nos dejan a Alonso en Ferrari con el apoyo del Banco Santander, a De la Rosa en el equipo de Adrián Campos, a Alguersuari en Toro Rosso y la posibilidad de ver a Andy Soucek (madrileño de origen austriaco) en Williams. Y 5 ó 6 grandes premios patrocinados por Santander y Telefónica. Demasiada españolización tan de sopetón.
Por eso resulta comprensible que hayan preferido la opción de Lotus. Ante la escasez de escuderías de renombre -BMW lo deja y Renault pende del alero- recuperar a un histórico de la F1 siempre viene bien. Si a eso le sumamos que se trata de capital malayo, teniendo detrás a reputados empresarios como el que sacó a flote la low cost Air Asia, y que la F1 busca nuevos horizontes, poco más queda por añadir. Ahora bien, qué pena. Habría sido precioso.
¡¡A ver qué hace Alonso el próximo año!! Ya le echamos de menos de los anuncios de relojes y de depósitos de Caja Asturias. Y es que, sí, la gloria es efímera, y más aún la del deporte.
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