¿Fin de la cacería?
El Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana ha puesto fin a la cacería sin escrúpulos a la que ha sido sometido el presidente valencia Francisco Camps. La decisión del tribunal debería suponer un punto y final para este triste asunto en el que la política, la rumorología y la sospecha saltándose la presunción de inocencia han predominado por encima de la tan entredicha justicia.
El empeño del PSOE de revolver en casa del PP hasta encontrar un argumento con el que manchar la reputación del partido parece ser infinito. A falta de noticias optimistas que nos alejen, al menos mentalmente, de la crisis y del resurgir estival de ETA, los políticos socialistas se aferran a una remota posibilidad instigada por ellos mismos para minar al partido rival. En vez de hacer política seria, real, y preocuparse por sus ciudadanos -también aquellos que ingenuos, ilusos o simplemente fieles porque sí les votaron- reorientan objetivos y basan su campaña en que cunda la idea de PP valenciano igual a corrupción.
No lo han conseguido, y en ello han desperdiciado más de cinco meses. No contentos con ellos, y menos con el batacazo recién sufrido, ya anuncian -por medio de la Vicepresidenta de España, que no sé yo si éste es el proceder habitual- que recurrirán al Supremo que la causa haya sido archivada. El objetivo era Camps, uno de los barones del PP, y la Comunidad Valenciana, bastión popular del nuevo siglo. Lo de Bárcenas, Correa y demás ya va quedando en segundo plano. Ni las filtraciones socialistas, propias de países anteriores a la caída del Muro de Berlín, ni el acoso mediático han impedido que los magistrados valencianos archiven una causa que desde el principio se sintió que era cacería socialista en toda regla. Por suerte ya no está aquel ministro de Justicia tan aficionado a la caza, pues la situación habría dado pie a muchos comentarios.
El empeño del PSOE de revolver en casa del PP hasta encontrar un argumento con el que manchar la reputación del partido parece ser infinito. A falta de noticias optimistas que nos alejen, al menos mentalmente, de la crisis y del resurgir estival de ETA, los políticos socialistas se aferran a una remota posibilidad instigada por ellos mismos para minar al partido rival. En vez de hacer política seria, real, y preocuparse por sus ciudadanos -también aquellos que ingenuos, ilusos o simplemente fieles porque sí les votaron- reorientan objetivos y basan su campaña en que cunda la idea de PP valenciano igual a corrupción.
No lo han conseguido, y en ello han desperdiciado más de cinco meses. No contentos con ellos, y menos con el batacazo recién sufrido, ya anuncian -por medio de la Vicepresidenta de España, que no sé yo si éste es el proceder habitual- que recurrirán al Supremo que la causa haya sido archivada. El objetivo era Camps, uno de los barones del PP, y la Comunidad Valenciana, bastión popular del nuevo siglo. Lo de Bárcenas, Correa y demás ya va quedando en segundo plano. Ni las filtraciones socialistas, propias de países anteriores a la caída del Muro de Berlín, ni el acoso mediático han impedido que los magistrados valencianos archiven una causa que desde el principio se sintió que era cacería socialista en toda regla. Por suerte ya no está aquel ministro de Justicia tan aficionado a la caza, pues la situación habría dado pie a muchos comentarios.
Vuelvo a comentar en tu blog, animado por ti mismo.
Me a parecido muy correcta toda tu entrada; es más yo creo que automáticamente el juzgado debería actuar en casos como estos contra toda esta trama.
Es insoltenible que el Gobierno ignore la separación de poderes y mucho más insostenible es que la administración estatal se fusione con ciertos medios de comunicación.
Pero sin duda, lo peor de todo es que en este país algunos ´"políticos" se rigen por el lema: CALUMNIA QUE ALGO QUEDA.
Un saludo Ramón y ya sabes que esta linea me encanta.
Ángel, gracias por regresar. Si no, con lo pesado que soy, te habría vuelto a dar una importante chapa. Por cierto, qué bien estuvo la capea. Debo decir que me sorprendió gratamente.
Como dices lo del calumnia que algo queda es uno de los pilares de nuestra política, y en ella se basa el descrédito de la misma a ojos de la gente. Cuando unos se pasan el día inventando y buscando sembrar sospechas la gente acaba desconectando del todo. Lo peor es que cunda el ejemplo y se generalice aún más, incluso a escalas inferiores.
Un saludo
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