El Matiz

Visto queda que el ser titulado Sir guarda mínima relación con tu capacidad intelectual y tus dotes diplomáticas. Los británicos son muy dados a nombrar Sir a todo quisqui que haya destacado de algún modo en su profesión y que eso le haya catapultado a la fama. No sólo Alex Ferguson, motivo de este artículo, fue coronado como tal; también actores como Anthony Hopkins y Sean Connery (con lo paradójico de este caso, pues es un declarado independentista escocés. Sería algo así como darle una orden al mérito en España a Ibarretxe, por poner un ejemplo) o futbolistas como David Beckham.

Alex Ferguson se ganó esta distinción gracias a su acertada dirección en el banquillo del Manchester United durante años. Cierto es que él no dirige los entrenamientos y que se dedica a las labores propias de un manager (gestión del equipo, alineación de los jugadores y dirección de los mismos sobre el terreno de juego). Con Carlos Queiroz a su lado ha ganado prácticamente todo y ahora, tras vencer Premier League y Champions, viene crecidito. Tanto es así que no se ha podido morder la lengua y vuelve a cargar contra el Real Madrid, el único club que le supera en grandeza, y eso escuece.

Tilda, y no es la primera vez, de franquista al club madrileño. Como decía antes, se puede ser Sir y a la vez un gran ignorante y un cazurro redomado. En su particular guerra contra los merengues ha confundido todo, resucitando un régimen dictatorial y despreciando a Gabriel Heinze, ex-jugador del Manchester, de quien asegura que fue fichado para favorecer el traspaso de Cristiano Ronaldo. Tampoco puede presumir de tacto y delicadeza el tal Ferguson, no nos vamos a engañar. Lo más triste es que algún tipo, escorado, de izquierdas y culé estará alabando las palabras del inglés y recordando hasta la extenuación la intercesión de Franco en el fichaje de Di Stefano. A algunos les va la vida en recordar y recordar y echárselo en cara a quien nada tiene que ver.