¿Empresarios como diputados rasos?
Leía esta mañana en El Confidencial y en El Semanal Digital que los diputados Manuel Pizarro y Juan Costa están meditando seriamente su dimisión. Aunque esto no es más que un artículo especulativo y que todo depende de las fuentes sí que se trata de una noticia, que de confirmarse, sería bastante importante. Y es que para directivos de empresa de estos niveles debe de ser difícil aceptar un puesto de simple diputado en el Congreso, sin tan siquiera formar parte de la Ejecutiva del partido.
Su decisión no creo que se derive sólo porque sus ritmos y niveles de vida no estén acostumbrados a algo tan sosegado (ni su bolsillo habituado a estas cantidades, pequeñas para ellos e impensables para la mayoría) sino porque después del peso que han soportado durante la campaña política -Pizarro como baluarte económico, fichaje mediático y número 2 por Madrid, y Costa como cabeza de lista por Castellón- ahora se encuentran ante un panorama un tanto desolador con un máximo nivel de acción restringido a las comisiones internas del Congreso. Si a esto le añadimos la situación de incertidumbre que se cierne sobre Génova 13 ya nos quedan pocos cabos sueltos.
Parece que su decisión no será inminente y probablemente esperen a ver qué depara el Congreso popular y cuál será su futuro dentro de la estructura del partido. Pero el caso de Pizarro es preocupante. Su posible renuncia ya está siendo utilizada por un sector de (ex-)simpatizantes del PP para atacar la labor de Rajoy y, sobre todo, los últimos puestos designados por el gallego. Pizarro, quien irrumpió en la campaña como el arma secreta de Rajoy y como la posible baza que desequilibraría la balanza, se vino abajo tras su cara a cara televisivo con el ministro Solbes. La luz de su estrella se mitigó y a partir de ese momento se convirtió en el segundo de Mariano que aprovechaba los mítines para reivindicarse y recuperar el terreno perdido.
A mí me apena que Manuel Pizarro pueda abandonar su escaño tan pronto, sin esperar acontecimientos, por mucho que sepamos que él no es un político al uso, es más, él no es político. Pero eso también lo quiere la gente; menos políticos y más gente de otros ámbitos. Un ejemplo es el Ministerio de Ciencia e Innovación bien concedido por Zapatero a una científica reputada y de prestigio internacional. Por eso Rajoy pensaba en un gran empresario para la dañada economía del país...pero no hubo suerte. Siempre creí en Pizarro y me encantaría que siguiera, por lo menos hasta dentro de 4 años o hasta que se queme, si es que llega ese momento. Pero soy consciente de que a nadie se puede retener en contra de su voluntad y menos para un puesto como ése, con una importante responsabilidad aunque muy gris. Y si él no es político y no quiere serlo desde la oposición (mucho menos gratificante, sin duda) mejor que ceda su puesto, aunque para mí sea una desilusión.
Coincido contigo, Pizarro no es un político válido para tener en el Congreso, más bien hubiese valido como un tecnócrata, pero no pudo ser.
Saludos.
Coincido con ambos. Pizarro entró en campaña para ocupar el Ministerio de Economía, pero las cosas no han salido como pensaban y no le veo en el Congreso.
Lástima, porque el Reino ha perdido a un gran hombre que nos habría dado soluciones a los problemas económicos que sufre y sufrirá España.
Pizarro entró en el PP como un revulsivo, pero tras el debate, y mal aconsejado por los consejeros y asesores de "pitiminí", Pizarro dejó de ser el que era.
Además, por si fuera poco, en Génova parecen darle poca cancha. Yo, si fuera él, me iba rápido, porque para la travesía por el desierto que le espera, rodeado de inútiles, mejor irse a casa a disfrutar de la familia.
Saludos.
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