El Matiz

El tan esperado Congreso Nacional de NNGG ya está aquí, o eso dicen, pues la información que manejo procede de los medios de comunicación. Absolutamente nada como afiliado de base que soy. Tenemos las fechas, perfectas porque creo no tener ningún evento inexcusable, excepto que me perderé el combate de Gabriel Campillo. Tenemos la ciudad, Zaragoza, territorio neutral para los distintos candidatos que se postularon de manera extraoficial y territorio por conquistar. Al PSOE, digo.

A día de hoy todo parece muy claro. Ya hay presidenta, a falta de la proclamación oficial en unos días, y secretario, a falta de que se confirmen los rumores que la prensa ya ha dado por ciertos. Beatriz Jurado, andaluza, protegida de Arenas -no nos engañemos, en esta cita todo pasa por los barones regionales- con año y medio de experiencia al frente de la organización en Andalucía. Como siempre ocurre en estos casos, navegando un poco, se pueden encontrar alabanzas y duras críticas a su persona y/o gestión pasada. Incluido, dicen, que llegó puesta a dedo. Pero como eso es el pan de cada día, lo tomo como un rasgo necesario para cualquier presidente, aunque sea comarcal o de una junta local.

Yo esperaré a que quienes la conocen me cuenten sus impresiones. De todas formas, me guste o no, poco podré decidir con mi voto en el Congreso. Es que soy un romántico de las votaciones a cara de perro, cuando dos candidatos se lo juegan todo -en buena lid, me refiero- sobre un escenario con la mirada puesta en la urna. Y uno besa las mieles del triunfo y del futuro político, y el otro sufre una derrota más que dura. A veces humillante. No olvidemos que juegan entre políticos, jóvenes, pero políticos. Y aprenden de sus mayores.

Pero el que deberá andarse con mucho ojo de ahora en adelante es el secretario general, Javier Dorado. Carrera meteórica la de este joven gallego que, con 22 años, ya ha pasado por la presidencia de NNGG en Pontevedra y Galicia. Por su edad puede sorprender, pero su nombre lleva escuchándose bastante tiempo, desde que Uriarte le acogió en la directiva nacional y, posteriormente, le organizó una tournée para darse a conocer, como cuando asistió al Congreso de NNGG de Burgos. Fue raro ver a un pontevedrés en un acontecimiento de una provincia castellana sin más interés que el del lógico relevo y la polémica que había suscitado. Y tendrá que mirar mucho sus espaldas porque quienes aspiren a la presidencia nacional de dentro de tres años ya tienen al objeto de sus iras marcado. Los habrá que comiencen la caza, el desgaste o como quieran llamarlo, desde ya mismo.

Que conste: que nadie se dé por aludido, excepto quien quiera darse. Que, a Dios gracias, hay muchas excepciones a lo que he dicho, y las conozco. Que, de hecho, me he tomado ciertas licencias catastrofistas; por ser polémico, por concienciar un poco. Ya me conocéis. Y que no dudo que el tándem Jurado-Dorado podrá superar el trabajo de Uriarte-González, quienes me defraudaron personalmente.